Había un anciano, que caminando por una calle de Brooklyn perdió el conocimiento. Fue llevado a un Hospital de emergencias. Después de investigar un poco, una enfermera creyó encontrar al hijo del anciano, era un marino que trabajaba en otra ciudad.
El marino llegó al Hospital y permaneció con el anciano todo el tiempo. Abrazándolo y tomando su mano. Cada cierto tiempo, la enfermera le sugería al marino tomar un descanso, pero el continuaba al lado del anciano.
A horas de la madrugada, el anciano falleció. Cuando murió el marino se acercó a la enfermera y le preguntó:
- ¿Quien era ese hombre?
+ ¡¿No era su padre?!
- No, pero vi que estaba muy enfermo y a punto de morir. En ese momento el necesitaba con desesperación un hijo y por eso lo acompañé.
Moraleja: ¿Cuando fue la última vez que hiciste o acompañaste a alguien solo porque te necesitaba? Ayuda y acompaña a quien lo necesita.
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