El mercader, un ateo, le preguntó al nativo: ¿Que de bueno le ha traído a usted ser cristiano?. El le respondió:
- Pues, puedo resaltar algo bueno para usted de que yo sea cristiano. ¿Ve aquella piedra plana? Si usted hubiese venido cuando yo aún era pagano, ahora mismo estaría degollado sobre ella. En cambio, hoy le ayudo a transportar sus maletas, y tenemos una charla amistosa.