Todos los animales de la selva estaban invitados a las bodas de Júpiter. Todos iban camino a la gran fiesta nupcial.
Ninguno de los animales ofreció su ausencia. Incluso la tortuga, que aunque tarde por sus pasos lentos, llegó a la boda. Por llegar tarde, Júpiter lo reprendió. La tortuga, ante tal regaño, le respondió:
- Si amo tanto mi casita, ¿como podría salir de ella tan rápidamente?
Júpiter enojado ante tal respuesta, le aplicó la ley del caracol, que dice que debe andar con la casa a cuestas para siempre.
Moraleja: La flojera muchas veces trae mayores problemas. Como dicen por ahí, el perezoso trabaja doble.
si me gusto mucho y me sirvio para mi tarea ¡gracias!
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