Un día como cualquiera, llegó un hombre a mi casa comentando que cerca de aquí vivía una familia que tenía 7 hijos, y que llevaban ya varios días sin probar un solo bocado de alimento. Al escuchar esto, tomé un poco de arroz y fui a buscarlos para que pudieran comer esa noche.
Cuando los niños supieron que comería esa noche, sus rostros se iluminaron de la felicidad. Mi asombró fue ver como esa madre pudo dividir en partes iguales ese pequeño puñado de arroz que les había regalado. Tomó uno de los platos y salió de la casa.
Cuando regresó, le pregunté: "¿Donde estabas? ¿Que hacías?". Ella me respondió: "¡Los vecinos también pasan hambre!". La madre había ido a la casa de los vecinos y había compartido con ellos un poco de arroz. En ese momento, me di cuenta lo importante que es ser generoso, y no por obligación o porque te sobre, sino por que quieres hacerlo.
Sin importar el dolor, la necesidad y el hambre, ella dio algo del poco de arroz del que tenía para ayudar a alguien mas.
Moraleja: La mayor virtud de una persona es la generosidad. Debes ayudar y compartir con los demás, así sea poco lo que tengas.
escribes fabulas super bonitas
ResponderEliminarme gusto
ResponderEliminarohhh que bonito esta hermosa la fabula, lo triste es que de verdad ahí gente que pasa esa hambre :C
ResponderEliminarq linda sa fabula es la mayor razon q pudo existir en el mundo la "Generosidad" me encanto
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